Hace unas semanas atrás vi con mucho desagrado la violencia racista que se desató en Charlottesville en Virginia. Y como hispana que soy desapruebo rotundamente estos actos. Estando en la clase a la cual se le siente odio solo por no tener la piel blanca o incluso por no hablar correctamente el idioma, no quiere decir que sea menos que los demás. Pero no solo eso, también soy mujer y como tal me he sentido muchas veces discriminada, al enfrentarme con la triste realidad de que no puedo ganar igual que un hombre, cuando hago el mismo trabajo que ellos. O también me he sentido discriminada por mi clase social.
Enfrentar un mundo tal, es de valientes, seguir adelante requiere: entereza, determinación, las ganas de ser alguien en la vida, las ganas de vivir diferente, de tener oportunidades.
Sentir en carne viva la discriminación en todo aspecto, no ha sido fácil y es algo que solo con la ayuda de Dios, se puede superar.
Si bien es cierto todo esto causa un gran sentimiento de impotencia, la gran pregunta es: ¿Qué debo hacer para no tener estos sentimientos de discriminación, y como puedo hacer para que mis hijos no lo tengan? Porque gústenos o no la discriminación es aprendida, tanto en la casa como por el entorno que nos rodea.
Nuestro precioso Creador, hizo un mundo de variedad inmenso, con colores distintos, sabores distintos, formas diferentes. Y en Gálatas 3:28 podemos leer que para El no hay judíos ni griegos, ni esclavos ni libres, no hay varón ni mujer porque todos somos uno en Cristo Jesús.
Por esta razón es importante educar a nuestros hijos en valores para que sean mejores personas.
El primer valor que debemos enseñar y el más grande el amor a Dios, seguido de amar al prójimo (o empatía, “no hagas a nadie lo que no quieras que hagan contigo”); así como de amarse mismo, lo que se llama auto estima propia, (si no te amas a ti mismo no puedes amar a nadie).
Cada quien tiene su propia escala de valores, pero para mí además de la anterior hay valores que no debemos pasar por alto:
Tolerancia: Es importante para que aprenda a aceptar la diferencia de criterios, de razas, religiones, culturas y opiniones. Y esta va de la mano con el respeto.
Humildad: Es importante porque sabrá que no es mejor, ni peor, ni más, ni menos, que los demás.
Responsabilidad: Todo en la vida tiene consecuencias, negativas o positivas.
Voluntad: Hay que enseñarles a nuestros hijos que todo requiere voluntad, y quitarles la manía que consigan todo con el mínimo esfuerzo.
Bondad: Inculcarles a nuestros hijos a ser buenos con los demás, especialmente con los más necesitados y tener una conducta amable.
Honestidad: Los hará admitir sus propios errores, les ayudara a ser más confiables, a no mentir, y hacer todo sin esperar nada a cambio.
Perdón: Sí, el perdón es enseñado, les ayudará a reconocer sus errores, admitirlos y a disculparse por los mismos.
Decidir: Les ayudará a pensar en sus problemas y en las soluciones.
Colaborar en el hogar: Les enseñará habilidades básicas, y a tener consideraciones con sus padres y con los que viven en el hogar.
Respeto por la naturaleza: nuestro entorno natural, como los animales, merecen nuestro respeto. Dios nos dejo como mayordomos de lo que nos rodea.
“El respeto al derecho ajeno, es la paz” (Benito Juárez)
“El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8)