La semana pasada estuvimos hablando de las características del desarrollo de los niños. Ahora hablaremos un poco del desarrollo cerebral del niño el cual es crucial en los primeros cinco años.
Hace un tiempo en mi iglesia hablábamos de la crianza de los niños, y la hermana Arcelia Ibarra, LMSW (Trabajadora Social Licenciada) nos compartía esta interesante información: tenemos que dar una gran importancia a la relación temprana de padre-niño. La manera que respondemos a las necesidades y relaciones emocionales de nuestros niños puede impactar el tipo de, apego emocional que forman tanto en la niñez como a relaciones íntimas de la vida adulta. Derivando la teoría de apego emocional, (según Aisworth, 1973 y Bowlby, 1969) contamos con tres tipos los cuales son:
- Apego emocional seguro
- Apego emocional ansioso
- Apego emocional inseguro
Para que el niño tenga herramientas para poder formar y mantener relaciones seguras en su vida es importante que sus primeros sentimientos sean: seguridad, afecto y confianza.
Para que el niño tenga un apego emocional seguro, el padre debe estar atento a las necesidades del niño con responder a sus emociones; como tener alto contacto físico consecuentemente. Cuando el niño llora el padre debe responder tratando de satisfacer sus necesidades con diligencia. Esto producirá confianza, estabilidad emocional, habilidad a formar relaciones interpersonales positivas. Un niño con atención así, forma tiende más a formar apego emocional seguro.
Un apego ansioso puede formarse cuando el padre es descuidado de las necesidades del niño, es inconstante con el contacto físico (pude dar cariño a veces y otras veces ser indiferente), o responde negligentemente. Este tipo de reacción forma un niño inseguro, introvertido, posesivo y con una tolerancia baja al dolor.
El apego emocional inseguro se forma cuando el padre rechaza las necesidades del niño. Hay que reconocer que habrá otros factores que juegan papel en la formación de relaciones interpersonales en los adultos. Pero los estudios apoyan la importancia de responder al llamado del niño. Este tipo de apego emocional puede crear un niño distante para evitar ser rechazado, reprimido, frio y tiende a tener dificultades con relaciones intimas en la edad adulta.
Creo que esta información es necesaria e importante, personalmente cambiaría mucho la manera de criar a mis hijos a esta edad. Admito que me equivoqué y mucho. Así que deseo grandemente ésta sea de utilidad para quien la esté leyendo.
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7).