Desde la creación, Dios nos ha dado dos regalos supremos: el Sábado y el Matrimonio—dos instituciones atacadas por el enemigo.
El matrimonio es un regalo precioso, que está constantemente en peligro, y hoy en día casi desapareció su importancia.
Si bien es cierto hay muchos que se casan; en su mayoría lo hacen pensando que si éste no funciona bien; se puede desintegrar.
El matrimonio es la base de la sociedad, por lo tanto al desintegrarse, se desintegra la misma. El resultado de esto ni hace falta mencionarlo, solo veamos a nuestro alrededor, y veremos cómo es la sociedad en la que vivimos.
Por eso se recomienda no entrar al mismo a la ligera. Debemos pensar que esta decisión tendrá consecuencias no solo en esta vida si no eternas también.
Así que bien vale la pena pensar un poquito antes del matrimonio en las siguientes preguntas:
- ¿Es este el hombre o la mujer con quien quiero pasar el resto de mi vida?
- ¿Amo verdaderamente y me aman?
- ¿Mi pareja tiene los atributos para ser el ejemplo de mis hijos?
- ¿Viviré feliz con las virtudes y con los defectos de mi pareja?
- ¿Si enfermara en algún momento o tuviera un accidente, será que va a hacer una carga para mí o será un privilegio cuidarle?
- ¿Estoy dispuesto a que si se pasan momentos de adversidad, lucharé por ser feliz?
- ¿Estoy dispuesto a contraer matrimonio y estar claro que el divorcio NO es una opción?
- ¿Soy feliz y me hacen feliz?
El voto matrimonial es una promesa que para guardarse toda la vida, en el corazón y en la mente, y para renovarla a diario. El matrimonio es un ministerio, y ministerio quiere decir servicio. Por lo tanto es un constante servicio mutuo. El matrimonio es un trabajo de tres: Dios, mi pareja y yo. Si uno falta, definitivamente todo fallará.
Y por último, recordando 1 Corintios 13:4 al 8:
“El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor NUNCA deja de ser.”
Preguntémonos si llenamos estos atributos.