Muchos alrededor del mundo celebran este día en grande. Llevando regalitos, peluches, chocolates, rosas, joyas, etc.
Muchos creen que es el día perfecto para comprometerse y hasta para casarse.
Sí, es un día para los enamorados, o para celebrar con los amigos más queridos, corazones vuelan por aquí y por allá.
Veamos un poco de la historia de este día: es una festividad de origen cristiano que se celebra anualmente el 14 de febrero como conmemoración a las buenas obras realizada por san Valentín de Roma que están relacionadas al concepto universal del amor y la afectividad. Originado por la iglesia católica como contrapeso de las festividades paganas que se realizaban en el imperio romano.
Debido a su origen hay muchos que deciden no celebrarlo y hay muchos comentarios al respecto, y no estoy aquí para decir si éste puede ser celebrado o no, porque la verdad es que todos los días deberíamos de celebrar el día del amor.
El eje que mueve este mundo es el amor. Por amor hemos visto que hay personas que hacen los más grandes sacrificios, las más grandes locuras, y luchan por alcanzarlo.
Por amor vemos a una madre que con dolor puede dar a luz a su amado hijito. Por amor vemos a un padre entregar su vida entera por ver a sus hijos convertidos en personas de bien, y luchadores igual que él.
Por amor podemos ver a hermanos haciendo lo imposible por cuidar a sus hermanos. Y no importa la edad los amamos con todo el corazón.
Por amor vemos a amigos que luchan por hacer felices a sus amigos, no importa cómo hacerlo, hay que mostrar el amor.
Por amor hemos visto a animales entregando su vida por sus amos, y viceversa.
Por amor vemos gente dejando sus tierras para darles un mejor futuro a sus amados. Por amor se puede sufrir la soledad, y animarse cuando ya no hay ánimo de seguir.
Por amor podemos ver la vida llena de colores, aunque sea solo en blanco y negro.
Por amor hemos visto como muchos han entregado su vida por otros, y han luchado por llevar alimentación, vivienda y trabajo a sus connacionales.
Y la máxima expresión del amor nos la dio nuestro buen Dios al entregar a su único hijo, para que todo aquel que en Él no se pierda más tenga vida eterna.
Historias de amor las podemos encontrar por doquier. A menudo aparecen en las redes sociales, y nos llenan de ternura, y hasta lloramos por ellas. Pero ¿cuál es mi historia? ¿Qué estoy haciendo para que este mundo sea diferente?
Y si no cree en el amor, lo invito a que se tome tiempo de ver un amanecer o atardecer. Contemple el mar azul, los pajaritos cantar, las estrellas brillar. La risa dulce de un bebé, la madre que con amor arrulla en sus brazos a su niño, el anciano que con amor cuida a sus nietos. Contemple el arco iris después de una tarde lluviosa. La nieve blanca, el sol brillante, la luna plateada.
Si todavía hay amor en este mundo. A pesar de todo todavía hay amor.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. (1 de Juan 4:8)