Es muy fácil criticar a padres cuyos hijos caen en la desgracia de la drogadicción. Muchas veces he oído decir lo siguiente: “Tan santitos que se miraban y ahora miren a los hijos.” Pero estar en los zapatos de los padres que pasan por esta situación no es nada fácil. Primero porque a veces los últimos en enterarse son los padres mismos, segundo porque son incomprensibles y criticados, tercero por la vergüenza que como padres les da hablar abiertamente del problema, puesto que hay muchos de ellos, que han dado todo para que los hijos no caigan en tal desgracia. La verdad es que como padres que amamos a nuestros hijos, es el dolor más grande que podamos afrontar, ya que veremos a nuestros hijos caer a lo más profundo y matarse cada día con su propia mano. Este dolor es solamente comparable al que se siente con la muerte de un hijo.

Para ayudarnos un poco, entendamos primero qué es la drogadicción:

Es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas a pesar de sus consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad cerebral puesto que el uso de estas modifica la estructura y el funcionamiento de dicho órgano.

Por ejemplo el alcohol contiene un elemento que se llama acetaldehído y se adhiere a la parte posterior del cerebro, por lo cual siempre pide más de este compuesto. La marihuana y la heroína contienen un compuesto que se llama THC la cual imita a los neuroreceptores que tiene el cerebro y cuando se consumen se unen a los receptores naturales del cerebro activando las neuronas de manera intensa.

La cocaína y las anfetaminas incitan a las neuronas a segregar y mantener grandes cantidades de neurotransmisores naturales asociados con el bienestar.

La mayoría de drogas sobre estimulan la vía de recompensas de nuestro cerebro, haciendo que este rebose de dopamina, que es un neurotransmisor natural, se asocia con el placer, la motivación y las emociones.

Veamos algunas de las causas de la drogadicción:

BIOLOGICAMENTE: Genéticamente: esto es si traemos en nuestra herencia el gen de la adicción. Género: estadísticamente el sexo masculino tiene más tendencias a las drogas, que el femenino. Trastornos mentales: los adolescentes y las personas con trastornos mentales tienen más riesgo al abuso de las drogas.
MEDIO AMBIENTE:

  • Hogar caótico y abuso dentro del hogar
  • Consumo y actitud de los padres
  • Influencia de los amigos
  • Actitudes de la comunidad
  • Rendimiento escolar deficiente
  • Solamente por curiosidad

Si bien es cierto el hogar es una influencia determinante, también podemos ver que hay muchos factores en los que como padres no podemos hacer nada. Y especialmente cuando son adultos y toman sus propias decisiones. Hay quienes con toda la información posible que se les pueda dar toman la determinación de hacerse daño. El problema es que como padres y familia no podemos hacer nada en su ayuda cuando ellos han tomado esta decisión, al menos que ellos mismos se sientan en la necesidad de salir del problema. Entonces es cuando estaremos ahí para tomar la mano de nuestros hijos y ayudarlos a salir. Necesitaremos ayuda tanto para ellos como para nosotros también. Esta enfermedad no solo les afectará a ellos, es una enfermedad que afectará a la familia entera, a la sociedad y a la iglesia. Sería mejor dejar de criticar y tender nuestra mano a quien la necesite; porque pasarán por etapas muy duras, el cerebro cambiará, por lo tanto las actitudes, comportamientos y emociones no serán las mismas. Habrá muchas tristezas y lágrimas. Por lo tanto la ayuda de Dios, de la familia, los amigos que no nos critiquen, y ayuda profesional será totalmente indispensable.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)